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¿Alguna vez has soñado con un destino que lo tenga todo? Bienvenido a Catalunya, tierra de contrastes donde la historia se entrelaza con la modernidad, y la naturaleza salvaje convive con ciudades llenas de vida. Desde las playas doradas de la Costa Brava hasta los picos nevados de los Pirineos, pasando por volcanes dormidos y pueblos medievales que desafían la gravedad, Catalunya es un festín para los sentidos. Prepárate para un viaje que despertará tu curiosidad, deleitará tu paladar y te robará el corazón. ¿Listo para descubrir los secretos mejor guardados de esta tierra fascinante? ¡Acompáñanos en esta aventura catalana!

castellfollit de la Roca

Barcelona: La joya de la corona

¡Bienvenidos a la Ciudad Condal! Barcelona es un destino que cautiva a todos los que la visitan, una metrópolis que combina historia, modernidad y un estilo de vida mediterráneo único.

La Sagrada Familia y otras obras de Gaudí

La Sagrada Familia es, sin duda, el símbolo más reconocible de Barcelona. Esta basílica monumental, obra maestra inacabada de Antoni Gaudí, te dejará sin aliento con sus torres que parecen tocar el cielo y sus fachadas llenas de simbolismo. Pero Gaudí no se detuvo ahí. El Park Güell te transportará a un mundo de cuento, con sus formas orgánicas y mosaicos coloridos. ¿Te imaginas vivir en una casa diseñada por Gaudí? Pues puedes visitar la Casa Batlló y la Casa Milà, conocida como La Pedrera, ambas joyas del modernismo catalán que parecen cobrar vida en el Paseo de Gracia.

El Barrio Gótico y Las Ramblas

Adéntrate en el corazón histórico de Barcelona. El Barrio Gótico te invita a perderte en sus callejuelas estrechas, donde cada esquina esconde una sorpresa. Descubre la imponente Catedral de Barcelona, con sus gárgolas vigilantes, o tómate un respiro en la plaza del Rey, donde podrías jurar que has viajado en el tiempo.

Y hablando de viajes, ¿qué tal un paseo por Las Ramblas? Este bulevar peatonal es el pulso de la ciudad, un espectáculo constante de artistas callejeros, floristas y terrazas animadas. No te pierdas el colorido Mercado de la Boquería, ¡un festín para todos los sentidos!

Montjuïc y sus museos

¿Buscas unas vistas panorámicas de Barcelona que te dejen sin palabras? Sube a Montjuïc. Esta colina ofrece mucho más que vistas espectaculares. El Castillo de Montjuïc te cuenta la historia militar de la ciudad, mientras que la Fundación Joan Miró te sumerge en el surrealismo más puro. Y si el arte contemporáneo es lo tuyo, el MNAC (Museo Nacional de Arte de Catalunya) te espera con su impresionante colección en un edificio que parece sacado de un cuento de hadas.

¿Sabías que Montjuïc fue sede de los Juegos Olímpicos de 1992? Visita el Anillo Olímpico y revive la emoción de aquel evento que transformó la ciudad.

Playas urbanas

Barcelona tiene un as bajo la manga que pocas ciudades pueden igualar: ¡sus playas urbanas! Imagina poder disfrutar de un baño refrescante o tomar el sol después de una mañana de turismo. La Barceloneta es la playa más famosa y animada, perfecta si buscas ambiente y chiringuitos. Pero si prefieres algo más tranquilo, las playas de Bogatell o Mar Bella te esperan con los brazos abiertos.

Y cuando el sol se pone, el paseo marítimo cobra vida con sus restaurantes y bares de copas. ¿Qué mejor manera de terminar el día que con una cena frente al mar Mediterráneo?

Barcelona es una ciudad que enamora, una mezcla perfecta de cultura, arquitectura, gastronomía y vida mediterránea. Cada rincón tiene una historia que contar, cada barrio su propio carácter. Así que ponte cómodo, prepara tu cámara y disponte a vivir una aventura urbana que nunca olvidarás. ¡Barcelona te espera!

Costa Brava: Más allá del turismo de masas

Dejemos atrás el bullicio de Barcelona y adentrémonos en la Costa Brava, un tramo de litoral que esconde tesoros naturales y culturales más allá de sus famosas playas turísticas. Prepárate para una aventura que desafiará tus sentidos y te transportará a través del tiempo.

Cap de Creus y su paisaje surrealista

Imagina un lugar donde las rocas cobran vida, formando figuras que parecen salidas de un sueño de Dalí. Bienvenido al Cap de Creus, el punto más oriental de la península ibérica. Este parque natural es un festín visual donde el viento y el mar han esculpido el paisaje durante millones de años.

Para aprovechar al máximo tu visita, te recomiendo madrugar y llegar al faro de Cap de Creus para el amanecer. ¿Alguna vez has visto el sol emerger del mar, tiñendo de oro las rocas? Es un espectáculo que te dejará sin aliento. Después, ponte las botas de senderismo y explora los senderos que serpentean entre formaciones rocosas con nombres tan sugerentes como “La Bota” o “El Camello”. No olvides tu cámara, ¡cada rincón es una postal en potencia!

Jardines de Santa Clotilde en Lloret de Mar

¿Pensabas que Lloret de Mar era solo playa y fiesta? Prepárate para una sorpresa de altura… ¡literalmente! Los Jardines de Santa Clotilde, encaramados en un acantilado, son un oasis de paz y belleza que te transportará a la Italia renacentista.

Diseñados a principios del siglo XX, estos jardines novecentistas son un ejemplo perfecto de cómo la mano del hombre puede realzar la belleza natural. Pasea entre cipreses centenarios, descubre esculturas ocultas y déjate hipnotizar por las vistas al mar Mediterráneo. Mi consejo: busca uno de los bancos estratégicamente colocados y tómate un momento para absorber la serenidad del lugar. ¿Quién sabe? Quizás encuentres la inspiración para tu próxima gran idea.

Ruinas de Empúries: Un viaje a la antigüedad

Ponte el sombrero de Indiana Jones porque nos vamos de viaje al pasado. Las ruinas de Empúries son una ventana abierta a la historia antigua del Mediterráneo. Este yacimiento arqueológico único te permite pasear por las calles de una ciudad griega y una romana en el mismo sitio. ¡Dos civilizaciones al precio de una!

Mientras recorres el foro romano o contemplas los mosaicos perfectamente conservados, deja volar tu imaginación. ¿Cómo sería la vida cotidiana hace dos mil años? Para una experiencia inmersiva, te sugiero visitar el museo del yacimiento antes de explorar las ruinas. Así, cuando estés frente al antiguo puerto griego, podrás imaginar los barcos cargados de ánforas de vino y aceite llegando desde tierras lejanas.

Pueblos medievales: Pals y Peratallada

Cerramos nuestro recorrido por la Costa Brava con un salto a la Edad Media. Pals y Peratallada son dos joyas medievales que parecen congeladas en el tiempo. Sus calles empedradas, murallas y torres de vigilancia te harán sentir como si hubieras viajado siglos atrás.

En Pals, no dejes de subir a la Torre de las Horas para disfrutar de una vista panorámica de los campos de arroz (¡sí, arroz en la Costa Brava!) y el mar al fondo. Mientras tanto, Peratallada te sorprenderá con su foso excavado en la roca viva.

Un consejo de viajero experimentado: visita estos pueblos al atardecer, cuando los últimos rayos de sol tiñen de dorado las piedras centenarias y los turistas de día ya se han marchado. Piérdete por sus callejuelas, descubre rincones secretos y termina la jornada con una cena en alguno de sus encantadores restaurantes. ¿Qué tal un “mar i muntanya”, el plato que combina lo mejor del mar y la montaña?

La Costa Brava es mucho más que sol y playa. Es un mosaico de experiencias que satisfacen todos los sentidos y todos los gustos. Desde paisajes que desafían la imaginación hasta vestigios de civilizaciones milenarias, pasando por jardines de ensueño y pueblos de cuento. ¿Te animas a descubrir sus secretos?

Pirineo Catalán: Aventura en la montaña

Cambio de tercio, amigos viajeros. Dejamos atrás las playas y nos adentramos en el corazón montañoso de Catalunya. El Pirineo Catalán es un paraíso para los amantes de la naturaleza y la aventura. Aquí, el aire puro, los paisajes de ensueño y la adrenalina se dan la mano. ¿Estáis listos para esta aventura?

Parque Nacional de Aigüestortes

Empezamos por todo lo alto. El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici es la joya de la corona de los Pirineos catalanes. Un lugar donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor, con más de 200 lagos de origen glaciar, cascadas de vértigo y picos que rozan el cielo.

Para los senderistas, este parque es el equivalente a un parque de atracciones para un niño. ¿Os animáis a conquistar el pico más alto, el Comaloforno? Si lo hacéis, os espera una vista panorámica que os quitará el aliento. Para los menos experimentados, no os preocupéis. Hay rutas para todos los niveles. Mi recomendación: no os perdáis el paseo hasta el Estany de Sant Maurici. El reflejo de Les Agulles d’Amitges en sus aguas cristalinas es digno de postal.

Un consejo de oro: reservad con antelación si queréis dormir en uno de los refugios de montaña. ¡Se llenan rápido en temporada alta!

Valle de Núria y su tren cremallera

Ahora bien, ¿y si os digo que podéis disfrutar de la alta montaña sin necesidad de un todoterreno? Bienvenidos al Valle de Núria, un rincón mágico al que solo se puede acceder a pie o en un pintoresco tren cremallera. Este tren no solo es un medio de transporte, es una experiencia en sí misma, ofreciendo vistas espectaculares mientras asciende por la montaña.

Una vez arriba, el valle os recibirá con los brazos abiertos. En verano, podéis practicar senderismo, escalada o simplemente relajaros junto al lago. En invierno, se transforma en una estación de esquí familiar ideal para iniciarse en los deportes de nieve.

No os vayáis sin visitar el Santuario de Núria. Dicen que si tocas la campana de la ermita, tu deseo se cumplirá. ¿Os atrevéis a probar suerte?

La Seu d’Urgell y el rafting olímpico

Cambiamos nos vamos a La Seu d’Urgell. Esta pequeña ciudad es la capital del Alt Urgell y tiene un secreto bien guardado: su Parque Olímpico del Segre, sede de las pruebas de aguas bravas en los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92.

¿Os apetece una dosis de adrenalina? Pues no hay mejor lugar para probar el rafting. Tanto si sois expertos como si nunca habéis remado en vuestra vida, hay descensos para todos los niveles. Y si el rafting se os queda corto, ¿qué tal un poco de kayak o hidrospeed?

Después de tanta emoción, nada como un paseo por el casco antiguo de La Seu. Su catedral románica os transportará a la Edad Media en un abrir y cerrar de ojos. Y si coincidís con el mercado semanal de los martes o sábados, no dejéis de probar los quesos artesanales de la zona. ¡Son para chuparse los dedos!

Pueblos de cuento: Bagà y Castellar de n’Hug

Para terminar nuestro recorrido por el Pirineo Catalán, os propongo un viaje en el tiempo. Bagà y Castellar de n’Hug son dos pueblos que parecen sacados de un cuento de hadas. Sus calles empedradas, sus casas de piedra y sus plazas medievales os harán sentir como si hubierais viajado siglos atrás en el tiempo.

En Bagà, no dejéis de visitar la Plaza Porticada, un rincón que parece congelado en el medievo. Y si os gusta la historia, el Centro Medieval y de los Cátaros os espera para desvelaros los secretos de esta fascinante herejía.

Castellar de n’Hug, por su parte, os sorprenderá con sus empinadas calles y sus vistas panorámicas de los Pirineos. Pero su verdadera estrella es las Fuentes del Llobregat. ¿Os imagináis ver nacer un río? Pues aquí podréis hacerlo. El espectáculo del agua brotando de la roca es simplemente mágico.

Y para los gourmets, un último consejo: no os vayáis de Castellar sin probar sus famosos “pèsols negres” (guisantes negros). Son una delicia local que os hará chuparnos los dedos.

El Pirineo Catalán es mucho más que montañas y nieve. Es aventura, es historia, es gastronomía. Es un lugar donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor y donde cada rincón esconde una sorpresa. ¿A qué esperáis para descubrirlo?

Interior de Catalunya: Tesoros escondidos

Adentrémonos ahora en el corazón de Catalunya, donde el tiempo parece haberse detenido. Lejos del bullicio costero y las alturas pirenaicas, el interior catalán guarda secretos que están esperando ser descubiertos por viajeros intrépidos como tú. ¿Listo para desenterrar estos tesoros?

Besalú y su puente románico

Puente de Besalú del siglo XI

Puente de Besalú del siglo XI

Imagina un pueblo medieval tan bien conservado que te hace dudar si has viajado en el tiempo. Ese es Besalú. Su joya más preciada es el puente románico fortificado, una estructura del siglo XI que te dará la bienvenida a este rincón de la historia viva.

Al cruzar el puente, te encontrarás en un laberinto de callejuelas empedradas que te invitan a perderte. No te resistas, es la mejor manera de descubrir sus rincones más encantadores. ¿Te atreves a buscar los baños judíos medievales? Son de los pocos que se conservan en Europa y están escondidos en el corazón del antiguo barrio judío.

Un consejo de viajero: sube a la torre de la iglesia de Sant Pere. Las vistas del pueblo y el río Fluvià serán la guinda de tu visita. Y si tienes la suerte de coincidir con la Feria Medieval en septiembre, ¡prepárate para una experiencia inmersiva total!

Castillo de Cardona

¿Alguna vez has soñado con dormir en un castillo? En Cardona, ese sueño puede hacerse realidad. El Castillo de Cardona, una fortaleza milenaria convertida en Parador Nacional, se alza imponente sobre un cerro, dominando el paisaje.

Pero no te dejes engañar por su aspecto medieval. El interior te sorprenderá con todas las comodidades modernas. ¿Lo mejor? Despertar con vistas panorámicas del valle del Cardener. Es como tener un asiento en primera fila para contemplar la historia.

No te vayas sin visitar la Montaña de Sal, una formación geológica única a pocos kilómetros del castillo. Las visitas guiadas te llevarán al interior de la montaña, donde te esperan galerías y cámaras llenas de sal cristalizada. ¡Es como entrar en una cueva de cristal!

Monasterio de Poblet

Pasemos ahora de la sal a lo sagrado. El Monasterio de Poblet es una joya del arte cisterciense y Patrimonio de la Humanidad. Este complejo monástico no solo es un prodigio arquitectónico, sino también el panteón real de la Corona de Aragón.

Al entrar en la iglesia, fíjate en las tumbas reales. ¿Puedes imaginar el poder y la riqueza que representan? Pero Poblet es mucho más que un mausoleo. Sus claustros, refectorio y biblioteca son testigos mudos de siglos de vida monástica.

Y aquí va un dato curioso: el monasterio sigue activo, con una comunidad de monjes que mantienen vivas las tradiciones centenarias. Si tienes suerte, podrás escuchar sus cantos gregorianos resonando en las bóvedas. ¿Hay mejor banda sonora para tu viaje en el tiempo?

Siurana: El pueblo del acantilado

Para terminar nuestro recorrido por el interior catalán, te llevo a un lugar que parece desafiar la gravedad. Siurana, un pequeño pueblo encaramado en lo alto de un acantilado, te dejará sin aliento. Sus casas de piedra, al borde mismo del precipicio, ofrecen unas vistas espectaculares del embalse de Siurana y las montañas de Prades.

La historia de Siurana es tan vertiginosa como su ubicación. Fue el último reducto musulmán en Catalunya, y las leyendas sobre su caída aún se cuentan en susurros. Busca la “Reina Mora”, una roca en forma de silla desde donde, según la tradición, la última reina mora prefirió lanzarse al vacío antes que rendirse.

Para los amantes de la escalada, Siurana es un paraíso. Sus paredes verticales son un reto para escaladores de todo el mundo. ¿No eres tan aventurero? No te preocupes. Los senderos que rodean el pueblo ofrecen paseos más tranquilos con vistas igual de impresionantes.

Un último consejo: quédate hasta el atardecer. Ver cómo el sol se pone tras las montañas, tiñendo de oro las paredes del acantilado, es una experiencia que no olvidarás.

El interior de Catalunya es un cofre del tesoro esperando a ser descubierto. Cada uno de estos lugares tiene su propia personalidad, su propia historia que contar. Ya sea paseando por un puente medieval, durmiendo en un castillo, explorando un monasterio milenario o contemplando el horizonte desde un pueblo colgado de un acantilado, aquí encontrarás esa Catalunya auténtica y eterna que va más allá de las postales turísticas. ¿Te animas a descubrir estos tesoros escondidos?

Tarragona y alrededores: Historia y naturaleza

Bienvenidos a la parte sur de Catalunya, donde la historia y la naturaleza se combinan de formas sorprendentes. Tarragona y sus alrededores ofrecen un cóctel irresistible de ruinas romanas, playas doradas, deltas exuberantes y vinos de clase mundial. ¿Listos para explorar esta fascinante región?

Conjunto arqueológico romano de Tarragona

Pisa el suelo de Tarragona y estarás caminando sobre más de dos mil años de historia. Esta ciudad fue una vez la capital de la Hispania Citerior romana, y sus restos arqueológicos son tan impresionantes que la UNESCO los declaró Patrimonio de la Humanidad.

El anfiteatro romano, con el mar Mediterráneo de fondo, te transportará a la época de gladiadores y espectáculos épicos. ¿Te imaginas las ovaciones de la multitud resonando en estas gradas milenarias? No muy lejos, el Circo Romano te invita a recorrer los mismos pasillos por donde pasaban las cuadrigas en plena carrera.

Un consejo de experto: no te pierdas el Pretorio y el Circo Romano. Puedes subir a la torre del Pretorio para tener una vista panorámica de la ciudad y del mar. Y si quieres una experiencia verdaderamente inmersiva, visita Tarragona durante el festival Tarraco Viva en mayo, cuando la ciudad entera se viste de romana y revive su pasado imperial.

Delta del Ebro: Paraíso natural

Dejamos atrás el bullicio urbano y nos adentramos en un mundo de agua, arena y aves. El Delta del Ebro es el humedal más grande de Catalunya, un oasis de biodiversidad donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor.

¿Alguna vez has visto flamencos en libertad? Aquí podrás observarlos en su hábitat natural, junto con cientos de otras especies de aves. Los amantes del birdwatching estarán en el séptimo cielo.

Pero el Delta no es solo para los ornitólogos. Sus playas vírgenes de arena fina se extienden hasta donde alcanza la vista, perfectas para largas caminatas contemplativas. Y si buscas acción, ¿por qué no probar el kitesurf? Las condiciones de viento son ideales.

No te vayas sin probar el arroz del Delta, considerado uno de los mejores del mundo. Ya sea en una paella o en un arroz negro, tu paladar te lo agradecerá.

Priorat: Región vinícola por excelencia

Ahora, prepara tu paladar para una experiencia sensorial única. Bienvenido al Priorat, una región que produce algunos de los vinos más codiciados del mundo. Sus viñedos en terrazas escarpadas, plantados en un suelo de pizarra llamado “llicorella”, dan como resultado vinos de una intensidad y mineralidad incomparables.

Recorrer las bodegas del Priorat es como hacer un viaje en el tiempo. Algunas son modernas y vanguardistas, otras mantienen métodos tradicionales que se remontan a siglos atrás. ¿Te animas a una cata en una bodega centenaria excavada en la roca?

Un consejo para los amantes del vino: visita en otoño, durante la vendimia. Podrás participar en la recogida de la uva y vivir de primera mano la emoción de la cosecha. Y si te interesa la historia, no dejes de visitar la Cartuja de Escaladei, cuna de la tradición vinícola de la región.

Reus: La ciudad natal de Gaudí

Terminamos nuestro recorrido en Reus, una ciudad que destila modernismo por los cuatro costados. Aunque Antoni Gaudí no dejó ningún edificio en su ciudad natal, su espíritu creativo impregna cada rincón. El Centro Gaudí, ubicado en el impresionante edificio modernista del Antic Institut Pere Mata, es una parada obligatoria para entender los orígenes y la evolución del genial arquitecto.

Pero Reus es mucho más que la cuna de Gaudí. Su centro histórico es un museo al aire libre de arquitectura modernista. Date un paseo por la Plaza del Mercadal y admira las fachadas de la Casa Navàs o la Casa Rull. ¿Puedes identificar los elementos característicos del modernismo catalán?

Y ya que estamos en Reus, ¿por qué no probar su famoso vermut? La tradición vermutero de la ciudad se remonta al siglo XIX, y hoy en día puedes degustar esta bebida aromática en numerosas bodegas y bares de la ciudad. Es la manera perfecta de cerrar con broche de oro tu visita a esta región llena de contrastes.

Tarragona y sus alrededores son un microcosmos de todo lo que hace especial a Catalunya: historia milenaria, naturaleza exuberante, gastronomía de primer nivel y un patrimonio cultural que no deja de sorprender. Ya sea paseando entre ruinas romanas, observando flamencos en el Delta, degustando un vino de clase mundial en el Priorat o admirando la arquitectura modernista en Reus, cada experiencia te acercará un poco más al corazón de esta tierra fascinante. ¿A qué esperas para descubrirla?

La Catalunya volcánica: La Garrotxa

Prepárate para un viaje al centro de la tierra… ¡sin salir de Catalunya! La comarca de La Garrotxa, en el interior de la provincia de Girona, guarda un secreto geológico que te dejará boquiabierto. ¿Sabías que en Catalunya hay volcanes? Pues agárrate, porque estamos a punto de explorar un paisaje que parece sacado de otro planeta.

Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa

Cráter del volcán Santa Margarida

Cráter del volcán Santa Margarida

Imagina un lugar donde la tierra respira, donde el paisaje ha sido moldeado por el fuego y la lava. Bienvenido al Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Con más de 40 conos volcánicos y una veintena de coladas de lava, este parque es el mejor exponente de paisaje volcánico de la península ibérica.

Pero no te preocupes, no hace falta que traigas tu traje ignífugo. El último volcán entró en erupción hace unos 11.000 años. Hoy, estos gigantes dormidos están cubiertos de una exuberante vegetación que los hace parecer suaves colinas verdes. ¿Te atreves a subir al cráter del volcán Santa Margarida? En su interior encontrarás una sorpresa: una pequeña ermita románica. ¡Seguro que no es lo que esperabas ver dentro de un volcán!

Para los amantes del senderismo, el parque es un paraíso. La ruta del volcán Croscat te llevará a través de un corte en el cono volcánico que te permitirá ver sus entrañas. Es como una clase de geología al aire libre. Y si buscas algo más relajado, el hayedo de Jordá te espera con sus senderos sombreados y su atmósfera de cuento de hadas.

Un consejo de experto: visita el parque en otoño. Los bosques se tiñen de rojo y oro, creando un espectáculo de color que rivaliza con el de los propios volcanes.

Santa Pau y sus fesols

Después de tanta naturaleza, es hora de un poco de historia… y gastronomía. El pueblo medieval de Santa Pau parece sacado de una postal. Sus calles empedradas y su plaza porticada del siglo XV te transportarán a otra época, pero lo que realmente te conquistará será su famoso fesol.

¿Qué es el fesol, te preguntarás? Pues nada menos que una variedad de judía blanca pequeña y delicada que se cultiva en los suelos volcánicos de la zona. Su textura cremosa y su sabor suave la han convertido en toda una delicatessen. ¿Te imaginas probar un plato que combina la historia geológica de la región con siglos de tradición culinaria?

Si visitas Santa Pau en enero, no te pierdas la Fira de Sant Antoni, donde el fesol es el protagonista. Podrás degustar este manjar en mil y una formas, desde la tradicional “cassola de fesols” hasta innovadoras propuestas de chefs locales.

Y mientras paseas por las callejuelas de Santa Pau, fíjate en el castillo que domina el pueblo. Sus murallas han sido testigo de siglos de historia. ¿Qué secretos guardarán esas piedras centenarias?

Castellfollit de la Roca

castellfollit de la Roca

Para terminar nuestro recorrido por La Garrotxa, te llevo a un lugar que desafía la gravedad. Castellfollit de la Roca es un pueblo que parece a punto de caerse… ¡literalmente! Encaramado en lo alto de un acantilado basáltico de 50 metros de altura y apenas un kilómetro de largo, este pueblo es una de las estampas más impresionantes de Catalunya.

El casco antiguo de Castellfollit, con sus casas de piedra negra volcánica colgadas al borde del precipicio, es un espectáculo en sí mismo. Pero la verdadera magia ocurre al atardecer, cuando el sol poniente tiñe de oro las paredes del acantilado. ¿Has traído tu cámara? Porque este es uno de esos momentos que querrás capturar para siempre.

Un consejo para los más aventureros: si no tienes vértigo, prueba el “vía ferrata” que recorre la base del acantilado. Te dará una perspectiva única del pueblo y de la formación geológica sobre la que se asienta.

Y ya que estás aquí, ¿por qué no probar la “coca de Castellfollit”? Este pan plano tradicional, elaborado con harina de trigo y maíz, es el acompañamiento perfecto para los embutidos locales. ¡Tu paladar te lo agradecerá!

La Garrotxa es un recordatorio de que la naturaleza es la artista más sorprendente. En esta comarca, la fuerza del volcán ha creado un paisaje único, ha moldeado la cultura y hasta ha influido en la gastronomía. Desde los suaves conos volcánicos cubiertos de vegetación hasta los pueblos medievales que parecen desafiar la gravedad, La Garrotxa te ofrece una experiencia que no encontrarás en ningún otro lugar de Catalunya. ¿Te animas a descubrir este rincón mágico donde la tierra aún guarda el recuerdo del fuego?

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